Hace mucho tiempo que no publico nada en el blog y Mayte Navales, seguidora de este espacio, ha tenido la gentileza y amabilidad de compartir una obra con nosotros y nosotras. Espero que realmente os guste, a mí me llena de fuerza. Gracias Mayte.

«Hace unos días una amiga que estuvo de voluntaria en el campo de refugiados sirios en Idomeni me propuso pintar un cuadro. No sé por qué, pero inmediatamente dije que sí . Entre decir sí o no, mejor decir sí. Esa misma noche empecé a mirar fotos de refugiados. Las que captaron mi atención fueron todas de niños y entre ellas vi a una jovencita que sostenía y protegía al que parecía su hermano recién nacido. Me puse a pintar. Quería esperanza. Quería que mi niña-madre transmitiera fuerza. Quería que la esperanza emanara del recién nacido quien, a pesar de haber nacido en mitad de la Guerra, no había sido «tocado» por Ella La Guerra . Y quería que la niña-madre sí lo estuviera. Eso quería».
Me puse a pintar.
Colores.
Lo que más me importa son los colores.
¿De qué color es Ella La Guerra?
Color sangre.
Color miedo.
Color Muerte.
Color dolor.
Color fuego.
Colores para un vestido
Ardiente
Con capa de cuervos.
Un tejido para volver de la Guerra
Un tejido para escapar de la Muerte.
Y de pronto la niña-madre ya no es niña.
Es una mujer muy dura
Yo no quería que fuese así.
Quiero que sonría.
Pero no puedo hacerla reír.
¿Llora sangre?
No. Ya no llora
Sus lagrimas son rayos.
¡Es una super heroína?
Colores
¿Es una Vengadora!
Más colores
Sigo pintando
Me da miedo.
¿Es una diosa?
Roja
Naranja
Negra
¿Es peligrosa?
Protege al niño…que es azul.
¿O lo está robando?
¿Acaso es Ella La Guerra?
¿Acaso es Ella La Muerte?
El niño se pinta solo.
De azul.
De rosa.
La Guerra no le alcanzará.
El amarillo le protege.
Hay quien me pregunta si está muerto
Yo digo que duerme.
©2016 Mayte Navales