Hoy es otro gran día para mí, para Laura Castellanos y para las 11 mujeres que participaron esta mañana en la ardua tarea de explorar su dolor, su trauma, su duelo, su angustia por no ser ó no haber sido madres. Hoy ha empezado el tercer grupo de trabajo para valientes y hermosas mujeres que se atreven a hablar sin pudor, cada una con su manera de comunicar, de expresar, de sentir su interior más profundo, su herida con respeto al proceso tan controvertido para las mujeres como la no maternidad.

Generosamente han regalado sus experiencias a los oídos ansiosos de respuestas de todas, han regalado sus sentimientos para tocar el alma y los cuerpos de las compañeras.

Las experiencias traumáticas que dejan tras de sí un gran sufrimiento son precisamente tan dolorosas, entre otros motivos, porque hacen añicos nuestras creencias sobre el mundo haciéndonos notar que no es un lugar tan seguro como pensábamos. Hacen diana en todo ese mundo conceptual de nosotras mismas. Ese descubrimiento puede ser bastante desestabilizador porque no solo se trata de recuperarse del golpe sufrido sino que nos hace conscientes de que la vida puede depararnos golpes aún más dolorosos. Esto nos deja vulnerables, nos conecta con la falta de control, la impotencia, la soledad, lo pequeñas que somos. Dentro de esas pupilas se ve si puedes observar el miedo, la incertidumbre, la falta de seguridad, la amenaza de la falta de amor.

La destrucción de identidades antiguas, de deseos, anhelos y proyectos antiguos provocados por tormentas en la construcción de nuestro edificio vital, nos hacen remodelarlo, reconstruirlo constantemente. Es el mayor acto de creacción del Ser Humano bajo mi punto de vista. Construir nuestras vidas como mujeres en esta sociedad que nos toca vivir, ir reconstruyéndonos a partir de lo que nos depara la existencia y nuestro tránsito.

Anhelo de paz, de tranquilidad, anhelo de ser, anhelo de recibir, anhelo de parar, anhelo de respuestas para seguir caminando, por dónde continuar, hacía dónde y de qué manera.

Quiero homenajearlas desde aquí porque me parecen tan valientes, tan valiosas, tan bellas, que me sobrecogen siempre. La energía de estas 11 mujeres juntas viéndose por primera vez las caras, viéndo su alma y conectándose unas con otras es una de las maravillas de la terapia. Deseo que este periplo de meses den el fruto del que cada una necesita nutrirse, que pueda caer sobre vosotras todo el amor del universo y podáis reconocer toda la belleza vuestra y del mundo.

Bienvenidas, gracias, siempre mil gracias.