Acabo de terminar de leer el libro “NO MADRES. MUJERES SIN HIJOS CONTRA LOS TÓPICOS” de María Fernández-Miranda.
No es un libro que me haya aclarado nada que yo no supiese con respecto a las mujeres que no tienen hijos. En el libro se centra en su proceso de siete fecundaciones in vitro cuando ella nunca quiso ser madre “Si la maternidad no era el objetivo de mi vida ¿por qué me sometí voluntariamente a la tortura de pasar por siete fecundaciones in vitro?. Uno el afán mío por lograr todo lo que me propongo, aunque para ello me tenga que dejar la salud en el camino y otro la influencia del entorno”. Creo que esta reflexión refleja la realidad de muchas mujeres hoy en día. El hecho de no poder tenerlos puede causar mucha obsesión, acrecentar aún más el deseo que ya no se sabe de dónde apareció en origen, si era un deseo, un pensamiento, etc…
El libro es fácil de leer y lo que creo que su autora hace es recopilar información de todas aquellas mujeres de la actualidad, Maribel Verdú, Olvido Gara, Paula Vázquez… que han decidido no ser madres y los motivos que cada una aporta para ello, así como las más antiguas históricamente como Coco Chanel, Katharine Hepburn, Oriana Fallaci, Virginia Woolf, Frida Kahlo…, cómo fueron sus vidas y sus muertes sin hijos…
“Cameron Díaz, ha decidido no tener hijos porque “dan mucho trabajo” y ella no está dispuesta a asumir esa responsabilidad durante al menos dieciocho años. “Mi vida es increíble, y de alguna manera, tengo la vida que tengo porque no tengo hijos”, asegura la presentadora Oprah Winfrey. La actriz Renée Zellweger explica que la maternidad nunca supuso una ambición para ella, y Ashley Judd apostilla que le parece egoísta fabricar sus propios bebés cuando no hay recursos suficientes para garantizar el bienestar de todos los que ya están en el mundo. La autora del libro Sexo en Nueva York ha renunciado a los niños para dar prioridad a su carrera y la interprete Helen MIrren está convencida de que rodearse de una prole no era su destino”.
Creo que lo que la autora ha hecho con este libro ha sido un proceso de aceptación de su maternidad y el poder convencerse a ella misma de la “buena vida” que se puede tener sin ser madre, por boca y vida de otras anteriores mujeres que han pasado por ese estado. También da luz a la otra cara de la maternidad de la que no se suele hablar y que muchas otras mujeres sufren en silencio, citando para ello a periodistas como Luz Sánchez-Mellado:
“La maternidad, como la fama, que decía Debby Allen en la mítica serie homónica, cuesta. Y se empieza a pagar desde el minuto uno del embarazo. Después, con el bebé en brazos, pocas madres hablan de las naúseas gestacionales, de la depresión posparto, de la servidumbre de la lactancia, del vergonzante sentimiento de culpa de abandonar a la cría para salir a ganarse el sustento, de las dobles jornadas, de la sensación de ni llego ni alcanzo, de la constatación de que los problemas crecen al mismo ritmo que el neonato…”.
En un momento determinado en el libro, reconoce que ella no ha querido ser madre anteriormente y que los esfuerzos en su vida no han sido consagrados a formar una familia y tener descendencia y esto me parece muy importante poder reconocer… donde cada una de nosotras ha puesto la energía para poder llevar y tener la vida que cada una tiene. “Llevo un tipo de vida que me ha costado mucho conseguir. No me refiero sólo a tener más éxito profesional ó a ganar más dinero, sino a disfrutar de mi oficio plenamente y a poder saborear la vida con la libertad que yo quiero y sin sacrificios”.
Creo que esto último tiene mucho que ver con algo que menciona Rosa Montero en un artículo de El País titulado Tan completa ó tan incompleta, argumenta…”Mi teoría es que hubo una generación de madres atrapadas en el estereotipo de una educación tradicional que vieron cómo el mundo cambiaba ante sus ojos, aunque demasiado tarde para que ellas lo pudieran aprovechar. Creo que la falta de interés reproductor que tantas mujeres de mi edad hemos mostrado fue el resultado del poderoso susurro de esas madres: “No te encadenes, no tengas hijos, haz todo lo que yo no pude hacer”.
España e Italia , durante un montón de años, los dos países con menor porcentaje de natalidad del mundo. La razón es que fueron dos países machistas que en treinta años cambiaron de manera brutal. Criaron a sus hijas diciéndoles: No haga como yo. Sé libre. Y montones de mujeres crecimos sin querer casarnos ni tener hijos.”. Esto es así y somos hijas de generaciones de mujeres que han sufrido la crianza desde el patriarcado y el sacrificio de ellas mismas y sus vidas… Nosotras lo hemos visto en nuestras madres, en nuestras hermanas mayores y no hemos querido eso para nuestro futuro, teniendo el presente que tenemos, que sinceramente no es ni mejor ni peor que el de nuestras madres, aunque desde luego que tiene matices diferentes… las mujeres somos más libres de decidir, ó al menos aparentemente.
Quiero rescatar casi lo más valioso para mí del libro, que es un párrafo que habla de la valentía de parar a tiempo, de poner los límites y que en esta sociedad se premia y se fomenta el intentar procesos de fecundación muchas veces pasando por encima de lo que sea… que esta autora rescate el límite en esto como algo valioso y crucial, para mí significa muchísimo y por eso lo quiero resaltar como lo más importante de sus reflexiones.
“»Hoy creo que lo valiente, habría sido parar a tiempo las fecundaciones y no supe hacerlo. He aprendido que a veces los héroes son los que se rinden, parece que no luchar condena a la invisibilidad, que decidir que ya basta de dolor y pena con entereza no cuenta… quiero leer las historias de los que dicen basta en los medios. Quiero leer las de los que ni siquiera luchan y se dejan llevar. Los admiro y los comprendo. Son muy dañinos esos mensajes de que siempre tienes que seguir intentándolo, de que jamás hay que rendirse, de que hay que ir un poco más allá”.
Hay algo que está clarísimo… que en el mundo somos muchas diferentes mujeres con diferentes vidas, destinos, decisiones y motivaciones… afortunadamente esta es la variedad del mundo. Que muchas mujeres no tengamos hijos es casi que necesario diría yo… así ha sido siempre en la historia y así seguirá siendo en el futuro. Mujeres que engendran y ofrecen vástagos a este mundo y otras mujeres que ofrecemos otras cosas… así habla Inka Marti, que tampoco es madre y habla de esto en el libro…“Mitologia: Por un lado tenemos la del arquetipo no maternal: hadas, musas, ninfas, brujas, amazonas, sacerdotisas, magas, diosas como Atenea, Perséfone, Artemis ó Ariadna en su laberinto, todas ellas dadoras de vida en un plano creativo e inmaterial (en forma de arte, música, mundos ocultos, literatura…) Y luego están las dadoras de vida material, que son arquetipos de amor, como la Virgen, Isis ó Deméter. El cambio climático, la crisis migratoria y el exceso de población no invitan a traer más niños al mundo, sino a trabajar en un cambio de paradigma. Creo que la función de las mujeres y su instinto maternal es primordial para llevar a cabo este gran cambio. Recuperar la tierra que habitamos también es un acto de amor”.
Hola, llevo tiempo interesada en descargar el libro no madre pero no lo encuentro en ningún sitio sin pedir tarjeta. Si alguien lo tienen porfavor mandarlo a lorebic@hotmail.com.
Gracias
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