He leído un post que ha escrito @Gloria Labay ayer en su página lavidasinhijos.com muy interesante sobre las técnicas de reproducción asistida.
El pasado día 25 de Julio, hace ya 40 años que nació la primera persona engendrada a través de FIV, Louise Brown. Tras ella, han venido muchas más personas nacidas a través de esta técnica. Al mismo tiempo que leía esto, alguien que conozco me explicó que su hermana, de 40 años, empezaba por primera vez una FIV, pidiendo un crédito para ello de un año ya que no tienen dinero para hacerlo. La clínica dónde lo hace, no la ha informado de las probabilidades reales a esa edad de poder quedarse embarazada en la primera FIV.
Por eso, me parece importante poner hoy aquí este artículo de Pamela Tsigdinos sobre el marketing del mercado reproductivo que existe en todo el mundo. Por lo que yo se basandome en el acompañamiento a mujeres que no están siendo madres, hay más fracasos que éxitos y el camino para poder ser madres por medio de esta vía es tremendamente doloroso y cargante. Se que esto se ha convertido en un negocio muy grande para muchas clínicas de fecundación. Se cómo los mercados pueden jugar con los deseos, necesidades y sueños de las personas. Por eso, hoy llamo al sentido común para no caer en manos de profesionales y empresarios que trabajan desde el ego y para el ego en este asunto. Cuando la Seguridad Social ya no acepta a mujeres de una determinada edad pero se sigue vendiendo por parte de centros privados que pueden ser madres a edades muy avanzadas sin contar toda la realidad, para mí eso se llama estafa.
Saber cuándo alguien tiene que renunciar a su maternidad/paternidad es signo de salud mental y sentido común para mí. Es importante conocer nuestros límites, asumirlos y sobre todo poder valorar nuestra vida y existencia desde el agradecimiento y la conciencia de estar vivos y de esta manera disfrutar nuestra vida. Esto es muy importante. Las clínicas sólo venden la felicidad a través de la creación de hijos y esto no es así únicamente. Me gustaría que pudieran informar correcta y verdaderamente de la realidad estadística a todas las personas que pasan por esos métodos. No se trata de llenarse los bolsillos por medio de la desesperación de otros, sino de trabajar para el beneficio y salud de esas personas.
De nuevo, el tema de no aceptar los límites se impone en este asunto. En el artículo, se habla de «adicción reproductiva». Es algo de lo que yo venía hablando hace tiempo. En el bingo, cuantas más veces apuestes al negro, más probabilidades tienes de ganar aunque eso te pueda llevar la ruina. Hoy quiero llamar a la conciencia de este asunto que me parece crucial. Espero que este artículo de Pamela Tsigdinos clarifique bastante.